Cuando ya la oruga ha llegado al límite de su desarrollo, entra en una fase muy estática.
Pronto tejerá una pequeña almohadilla de seda y se fijará a ella por la parte posterior
Permanecerá así colgada y enrollada bastante tiempo y luego comenzará a estirarse, produciéndose pequeñas contracciones.
Cada vez serán más fuertes las contracciones y como consecuencia de estas, se rasgará la cubierta quitinosa de la oruga por la parte cefálica dorsal .
Poco a poco la cubierta quitinosa se irá recogiendo arrastrando hacia arriba la última cápsula cefálica de la oruga.
Finalmente la quitina plegada se sitúa en la parte alta alrededor del cremáster
Tras una serie de "contoneos" caerá al suelo la cubierta y en la crisálida se irán produciendo pequeños cambios de morfología bajo control hormonal.
La zona alar aumentará mucho de tamaño, mientras que la zona abdominal se irá reduciendo y abombando
En la crisálida, de color verdoso, se adivinan ya las formas del
futuro imago que más tarde surgirá de ella. Pero antes se producirán en
su interior profundos cambios histológicos, imprescindibles para la
culminación del proceso.
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